22 de noviembre de 2010

6 razones para decirle SIIIIIÍ al chocolate


Mi interés, más o menos científico, por el chocolate data desde que era una niña. Con qué gusto me sometía a mis propios experimentos con el fin de determinar cuál era la mejor forma de ingerirlo. Podía dejar que se fundiera lentamente en mi boca, presionándolo contra el paladar… O por el contrario, dejar oír sus sonidos crujientes cuando mis dientes daban contra su brillante textura o masticaban las ricas sorpresas que ocultaba su interior… Por otra parte, ¿cuál estaba mejor: el chocolate americano o europeo? Y sobre todo: ¡¿por qué no fabricaron m&m’s azules hasta 1995?! Estas eran las preguntas con las que deshojaba el aluminio que envolvía mis bombones…

A medida que crecía, fui encontrando algunas respuestas, muchas de las cuales desbancaban esas terribles historias que demonizaban este alimento. Y ha sido el deporte el que ha metido definitivamente al chocolate en mi despensa.

Tanto si necesitas justificar ese pequeño gusto que te das cada día, como si necesitas razones científicas para incluir más chocolate en tu dieta, aquí hay SEIS (6) que tal vez te puedan interesar.


Para una mujer deportista, el único chocolate que interesa es el negro. A partir de 72% de cacao y sabiendo que su calidad nutricional aumenta conforme lo hace este porcentaje. Es cuestión de educar el paladar pasar del chocolate con leche (que no es más que una golosina), al chocolate negro:  verdadero alimento que no debería faltar en la alimentación de ningún deportista.

Como mis mejores entrenamientos suelen ser a primera hora de la mañana, antes de desayunar como dios manda, el chocolate es mi alimento fetiche. Junto a un café y un zumo de naranja, sigo mi ritual de hidratación y estimulación física y química antes de salir por la puerta de casa.

¡El chocolate no sólo es bueno para ti, sino que puedes hacer felices a otros también!

2 comentarios:

kultur-huset dijo...

Pues para mi los recuerdos que me traen el chocolate son esos domingos por la mañana, nos levantábamos yo y mis hermanos los primeros para ir a la churrería de La Prensa a comprar una rueda de churros y un paquete de chocolate para cocer. Ese olor a chocolate cociéndose, las vueltas de cucharas que habremos dado para que no se quemara, y ere aroma a chocolate caliente que iba impregnando toda la cocina.
¿como algo tan bueno pueden ser símbolo de tentación?

AtalantasWeb dijo...

kultur-huset: oscura tentación... Me parece estarte viendo revolviendo el chocolate y lamiendo la cuchara casi con el mismo celo.

La palabra "chocolate" es una de mis favoritas. Alguna vez, con motivo de algún acontecimiento de nuestra lengua, los medios de comunicación intentan sondear la opinión de los demás en busca de su palabra favorita. Yo lo tengo clarísmo: ni Amor, ni Paz; como palabra, yo elijo CHOCOLATE. Cuatro sílabas con vocales abiertas, el fonema "ch" tan propio del español, su etimología azteca (náhuatl) que me transporta a civilizaciones milenarias, y su práctica universalidad, ya que varía muy poco de un idioma a otro.
("Chócleit", como se pronuncia en inglés, "shocolá", diría un francés...).